La ofensiva de febrero de 1937 sobre Vivel del Río (Teruel)

La ofensiva de febrero de 1937 sobre Vivel del Río (Teruel)

El mes de febrero de 1937 fue un mes clave para el devenir del frente establecido en los pueblos de las Cuencas Mineras ya que el bando sublevado tomó la iniciativa y pasó a tener una estrategia más ofensiva en el frente de Teruel, culminando en la toma de Vivel del Río a mediados de febrero de 1937.

El preludio de esta ofensiva fue la carta enviada por el general Mola el 8 de febrero de 1937 al general Ponte, (que estaba a cargo de todas las fuerzas sublevadas en el frente de Aragón); donde le indicaba la conveniencia de realizar algunos ataques en Aragón, atreviéndose a hablar incluso de la invasión de Cataluña, llegándose a pensar en posibles planes de ataques y por diversos lugares con el fin de alcanzar el Mar Mediterráneo. La respuesta de Ponte es que se podía intentar por la zona de Belchite, siendo entonces muy fácil llegar hasta Caspe y Alcañiz. De esta correspondencia y sugerencias de Mola salió la operación en febrero contra la zona de Utrillas que acabó con la toma de Vivel del Río y Fuenferrada, entre otras posiciones, y con total éxito para los atacantes.

Sobre la organización de la operación, el 9 de febrero el general jefe del Ejército del Norte remitía un informe sobre una propuesta de operaciones para ocupar la zona minera de Utrillas[1]. Según dicho informe, el general de la 5ª División propuso en escrito del día 27 de enero efectuar una operación en el sector de Calamocha, con objeto de ocupar la zona minera de Utrillas, objetivo de gran importancia económica y de quebranto para los republicanos, puesto que el carbón que se extraía de dicha mina era el único con que contaban los gubernamentales para mantener el tráfico ferroviario y gran parte de su industria en la zona oriental. La operación además contaba con la ventaja de orden militar de cortar la comunicación directa entre las fuerzas enemigas de las zonas de Belchite y Alcañiz con las de Teruel. Por lo que dicho general manifestaba, las informaciones recogidas en esos momentos acusaban de la región de Utrillas de ser una de las más débilmente guarnecidas por los republicanos. Así que aprovechando la calma en los sectores, especialmente en el de Teruel, se organizaron dos columnas con las fuerzas móviles de la División, con los objetivos y composición siguiente:

– 1ª Columna: tenía que operar desde Villanueva del Rebollar sobre Vivel del Río Martín y Martín del Río. Sus fuerzas estaban compuestas por:

  • Mehal-la de Tetuán
  • 2ª Bandera de la 1ª Legión
  • Una Compañía de Infantería
  • Una Batería a pie
  • Una Sección de ametralladoras
  • Un Escuadrón montado
  • Una Batería de montaña de 105 mm
  • Una Sección de zapadores
  • Transmisiones
  • Dos auto Ambulancias

– 2ª Columna: tenía que operar desde Torrecilla del Rebollar sobre la unión de carreteras existente al norte de Portalrubio. Sus fuerzas estaban compuestas por:

  • Un Batallón del Regimiento de carros
  • Una Compañía de Fusileros
  • Una Batería a pie
  • Una Compañía de ametralladoras
  • Una Batería de 75 mm
  • Dos Secciones de zapadores,
  • Transmisiones
  • Una auto ambulancia.

Como reserva quedaban:

  • Dos Compañías de Guardias de Asalto.
  • Una batería ligera de 105 mm.

En total unos 2.700 hombres, tomando el mando del conjunto el coronel de artillería habilitado para el empleo de General de brigada Mariano Muñoz Castellano.

Siguiendo las operaciones que se relataban en el informe, una vez conseguida la ocupación de Martín del Río y la unión de carreteras al norte de Portalrubio, se tenía que proceder a limpiar la zona comprendida entre ambos puntos, en la que se hallaba el pueblo de Fuenferrada ocupado por los republicanos desde finales de 1936, terminando así la primera fase de esta operación.

Orden de Operaciones

Orden de Operaciones

En vista del desarrollo de esta fase y de nuevas noticias sobre el enemigo, se tenía que proceder al avance sobre Utrillas y Montalbán. Esta operación, quedaba supeditada a que en los demás sectores del frente no surgieran contingencias que obligaran a atenderlas preferentemente con las fuerzas que quedaban enumeradas. Para esta operación solicitaba el general mencionado la cooperación de la Aviación de gran bombardeo, toda vez que en Zaragoza no se contaba más que con aparatos de medio bombardeo; aunque el mismo general autor del informe no estimaba que no existían objetivos para unidades de gran bombardeo, por lo cual no parecía oportuno acceder a tal pretensión. También advertía que para la operación que se proyectaba, la 5ª División no solicitaba refuerzo alguno y que además debía contar con reservas sobradas, además que desde el 15 al 31 de enero se le habían enviado 7.500 fusiles de 7 mm para armar nuevas unidades.  De merecer la aprobación esta propuesta, rogaba el autor del escrito que le comunicara con toda urgencia para cursar las oportunas órdenes.

Al día siguiente y después de estudiarse detenidamente el informe, le era enviado al general jefe del Ejército del Norte una serie de observaciones sobre el plan de ocupar la zona de Utrillas. Entre estas observaciones destacaba que se encontraba que las columnas republicanas eran débiles aún cuando ello podía estar relacionado con la posibilidad de concentración del enemigo y la rapidez con que se ejecutaran los propios movimientos.

También destacaba que en la acción el ferrocarril de Utrillas quedara sin ocupar, pudiéndose por tanto presentarse dos problemas: uno, el de la falta de especialistas y braceros para la explotación, ya que en su mayoría estaban en territorio enemigo; y segundo, la extracción del mineral que no se podía llevar a cabo fácilmente sin ocupar toda la línea férrea, al menos Alacón y Lécera. Las anotaciones finalizaban diciendo que finalmente habría que pasar si convenía decidirse y hacer la operación, o esperar a que despejada la situación en otros frentes, se le pudiera dar mayor alcance y aprovechar la ruptura para llevar la línea más al Este de lo que se proponía.

El día 13 de febrero era enviado un telegrama de Zaragoza a Ávila en el que se deduce que aún no estaba del todo claro la operación que se tenía que llevar a cabo en pocos días[2]. El telegrama decía que el plan de ocupación de Utrillas podía ponerse en ejecución en cuanto se dispusiera de aviación de caza, aunque de todos modos no se realizaría hasta que se hubiese resuelto acerca los planes remitidos ese mismo día por enlace personal, y que en caso de aceptar, se creía conveniente ponerlo en ejecución en forma definitiva y no parcial hasta Utrillas para no llamar así la atención de los republicanos.

Sabemos la contestación a este telegrama ya que manuscrito a él se encontraba anotado que la ocupación de Utrillas era independiente de los planes generales de avance propuestos, que de momento no podían emprenderse. Utrillas era un objetivo político y económico, que tenía por objeto quitar a los republicanos la única mina de carbón de que disponían. Y finalizaba diciendo que de momento no se podía enviar aviación de gran bombardeo ni caza.

El mismo día que era enviado el telegrama, el 13 de febrero, se iniciaba un primer ataque desde Villanueva del Rebollar hacia Segura de Baños, preludio de una acción más amplia que acabó con la conquista de Vivel del Río, Fuenferrada y Portalrubio en días posteriores. El epicentro de la ofensiva se basó precisamente en la zona que defendían los voluntarios de la columna Macià-Companys, siendo el objetivo tal y como había dicho el general jefe del Ejército del Norte hacerse con las minas de Utrillas.

Imagen desde Vivel del Rio de las posiciones republicanas a partir de febrero de 1937

Imagen desde Vivel del Rio de las posiciones republicanas a partir de febrero de 1937

Los sublevados formaron finalmente tres columnas bien dotadas y dirigidas por el teniente coronel Mariñas Gallego, consiguiendo que la ofensiva fuera profunda. La principal posición republicana de Vivel del Río era la conocida con el nombre de “El Trapecio”, con numerosos refugios y triple línea de alambradas. El ataque se iniciaba a primeras horas del 18 de febrero por la carretera de Teruel por parte del Tercio Sanjurjo y el Tercio Azul, de Guardias de Asalto, cortando las comunicaciones entre Vivel del Río y Segura de Baños. Al día siguiente se realizó un fuerte bombardeo aéreo, ocupando las tropas rebeldes la posición de “El Trapecio”, avanzando más tarde hacia Vivel del Río, población que era tomada por la tarde a pesar de la gran resistencia de los milicianos catalanes. Las fuerzas republicanas solamente en estos dos días sufrieron más de 300 muertos. El día 20 continuaron los fuertes combates, ocupándose Fuenferrada y la posición de la Cuesta, que cerraba la carretera de Teruel. Tan grave fue la situación para las tropas republicanas debido a la ofensiva rebelde, que el mismo Vicente Guarner se trasladó al sector amenazado con el Consejero de Defensa en un intento por resolver la situación. A pesar de la falta de colaboración de los comandantes de las columnas y encontrarse estas unidades en proceso de reorganización, se consiguió concentrar un contingente formado por dos batallones de la Columna Macià-Companys, en aquellos momentos en proceso de convertirse en Brigada Mixta, mandada por el mismo Pérez Salas y otras unidades de las futuras divisiones Durruti, Jubert i Carlos Marx. Los contraataques republicanos se iniciaron el día 22 con una fuerte nevada, prolongándose cerca de tres días, a pesar de que las posiciones no pudieron recuperarse. De hecho, los republicanos aun sufrieron más pérdidas, ya que el día 27 los sublevados ocupaban La Venta del Diablo y el día 1 de marzo Portalrubio.

Con esta situación se planificó una línea defensiva con cinco centros de resistencia para cada batallón y se realizaron algunos tanteos y golpes de mano a las posiciones de los rebeldes.

Un testimonio de estos combates fue el voluntario del bando republicano Victor Torres, que relataba lo siguiente[3]: “nuestro armamento era tan insuficiente que difícilmente podíamos repeler los ataques de unidades bien preparadas, bien armadas y apoyadas por la artillería y aviación. Nosotros disponíamos de una sola batería de tres piezas de 105 mm, fusiles Mauser y Winchester y un número reducido de armas automáticas. A pesar de esta inferioridad, nuestras fuerzas mantuvieron las primeras líneas durante dos días. Con mis compañeros de la sección de ametralladoras tuvimos que combatir sin descanso desde un promontorio situado arriba del pueblo de Vivel desde donde se dominaba perfectamente el teatro de operaciones[4].

En consecuencia de los combates de Vivel del Río, las tropas republicanas perdieron la cota 105 y la defensa sobre el puente del río Martín. Pérez Salas no tuvo más remedio que ordenar la rectificación del frente, es decir, establecer una nueva línea en Pajazo-Martín del Río-Huesa del Común, de acuerdo con las instrucciones de la superioridad del comandante general en Aragón. Las pérdidas republicanas fueron enormes: más de 500 muertos, 400 fusiles, 30 ametralladoras y más de 300.00 cartuchos.

Cabe decir que durante estas acciones, también se tiene constancia que el 10 de febrero algunas unidades de caballería de la Columna Macià-Companys realizaron un servicio de reconocimiento en la zona, sin ninguna incidencia. Además, con el inicio de la ofensiva rebelde, se dio un aviso en la radio diciendo que todos los milicianos de permiso pertenecientes a la Columna Macià-Companys tenían que reincorporarse con urgencia a sus unidades. La Juventud Republicana de Lleida llegó a movilizar incluso unos cuantos taxis con los cuales se trasladaron los voluntarios a Montalbán.

Posiciones defensivas del bando sublevado en Vivel del Río después de las operaciones de febrero

Posiciones defensivas del bando sublevado en Vivel del Río después de las operaciones de febrero

Muy interesante es también un informe realizado por los republicanos sobre la ofensiva del ejército del bando sublevado en la zona de Vivel del Río, dando muchas informaciones relevantes. Así y según este informe, empezaba explicando que los días 16 y 17 de febrero de 1937 se fueron acumulando hombres en Calamocha procedentes de Zaragoza que iniciaron una importante acción desde Calamocha hacia la zona de Utrillas, comprendiendo zona republicana, incluidos los pueblos de Vivel del Río (día 19) y de Fuenferrada (día 20) que quedaron ya perdidos para las tropas republicanas. Las fuerzas sublevadas estaban compuestas por una compañía de Zapadores, una sección de ametralladoras del Regimiento 18, una compañía de ametralladoras de 17, un tren militar donde iba la Mehal-la y todo el ganado de la Bandera Sanjurjo, un batallón del Regimiento de carros, una compañía de fusiles y una sección de máquinas de acompañamiento del Regimiento Gerona. En otro tren iba la 2ª Bandera Sanjurjo; en camiones, dos compañías de ametralladoras y luego la Bandera Sanjurjo, además de otros dos trenes con estaciones ópticas, 3 radios, dos pelotones de tendido y una sección de Artillería contra aeronaves; acudiendo además el día 19 una sección de artillería de montaña de 105 mm.

Este ataque, aunque no fue de una gran envergadura, según decía el informe, sí demostró la capacidad de decisión y de organización de las tropas de la zona sublevada, ya que conocían perfectamente la situación republicana en el frente y la escasez de hombres de la columna Macià-Companys en esta zona concretamente. En dos días fueron capaces de movilizar y enviar a la zona a una masa de hombres que superó a la de su adversario, apoyados por una gran potencia de fuego. Los milicianos catalanes, que contaban con menos de 2.000 efectivos y que cubrían un frente bastante más amplio que el atacado, disponían únicamente de dos baterías de montaña para detener a sus adversarios, tarea que resultó imposible, ya que en la zona atacada había únicamente dos batallones de la Macià-Companys. La acción en esta zona se completaba con dos ataques más, uno desde Belchite con el objetivo de Almonacid de la Cuba y otro desde Teruel hacia Tortajada y Villalba Baja. De esta forma se fijaba a las fuerzas republicanas más cercanas a las de la zona atacada impidiendo la llegada rápida de refuerzos.

La reacción republicana fue la llamada a dos batallones de la División Jubert, y dos más de la Carlos Marx, así como dos baterías de montaña más para que acudieran en su ayuda. El día 23 con estas fuerzas las tropas republicanas realizaron un contraataque hacia Vivel del Río, aunque fueron rechazados, siendo la participación de los bombardeos rebeldes de gran ayuda en su avance, ayuda por otro lado con la que no contaron los republicanos.

La acción terminó el día 1 de marzo con la toma del pueblo de Portalrubio y las posiciones de la Venta del Diablo dos días antes. La toma de esta zona de la provincia de Teruel que contaba con muy pocos habitantes permitía a las tropas franquistas controlar las alturas de la sierra que dominaba los llanos y la carretera entre Caminreal y Calamocha, evitando así posibles peligros.

Posiciones del bando sublevado a partir de la ofensiva de febrero de 1937

Posiciones del bando sublevado a partir de la ofensiva de febrero de 1937

[1] Archivo General Militar de Ávila (AGMAV). Caja 2567. Carpeta 3 Documentos 1-6.

[2] AGMAV, C. 1315. Cp.26/7

[3]  TORRES, Victor, Memòries polítiques i familiars. Lleida. Editorial Pagès. 1994.

[4]  HERNÁNDEZ CARDONA, Francesc Xavier, ÍÑIGUEZ, David, La Columna Macià-Companys.Pág. 117.