La Artillería sobre Vía Férrea

La Artillería sobre Vía Férrea

Los republicanos utilizaron una serie de materiales artilleros, muchos de ellos antiguos, piezas rígidas e incluso de bronce, absolutamente inservibles. Con esta artillería antigua pensaron en poner en servicio una serie de piezas de cierto calibre, procedentes de los almacenes de Cartagena que habían pertenecido a la artillería de costa o a algún barco de guerra, donde su montaje fijo las hacía aptas para estar dispuestas sobre material ferroviario, a las que bautizaron como Artillería sobre Vía Férrea (AVF)[1].

Las piezas que llegaron a disponerse para su utilización sobre vía férrea fueron de calibre más modesto, es decir, obuses de 240 mm modelo 1916 y cañones de 210 mm H.S.E. (Hierro Sunchado Entubado) modelo 1891, ambos del sistema Ordoñez. Su transformación y montaje se realizó en Águilas (Murcia), en los talleres de la Compañía de Lorca a Baza y Águilas, siendo jefe de éste último José Antonio Moreno.

En total se utilizaron cuatro cañones de 210 mm y cinco obuses de 240 mm, todos de sistema Ordoñez, que se instalaron sobre vía férrea en Águilas por el ingeniero francés L’Empereur.

Obús de 240 mm

Obús de 240 mm

Fuente: Página Facebook Baterías de costa y Anti-Aéreas de Cartagena

La primera batería de obuses de 240 mm recibió la orden de salir para el frente y quedó a las órdenes del Ejército del Este el 24 de agosto de 1937. El 3 de septiembre llegó a Valencia el primer obús, que realizó satisfactoriamente sus pruebas de fuego bajo la supervisión de L’Empereur, aunque no había tenido tiempo de montar su cargador de proyectiles. Al día siguiente salió hacia Sagunto, constituyendo en este lugar una especie de base para este material, en la que sucesivamente se incorporaron tres más, para formar dos baterías de dos piezas.

Este mismo mes de septiembre fueron entrando en servicio los cañones A.V.F. de 210 mm enviándose los dos primeros a Mataró y al Coll de Balaguer (Hospitalet de l’Infant), al tiempo que se anunciaba la salida de otros dos, que debían completar sendas baterías de dos piezas en cada uno de estos lugares.

Imagen de un tren blindado a principios de la guerra

Imagen de un tren blindado a principios de la guerra

Fuente: Ahora, 3 de septiembre de 1936

Entrada en fuego

Para las operaciones sobre Teruel de finales de 1937, se organizó un tren A.V.F., de obuses de 240 mm que el 21 de diciembre de 1937, recibió la orden de situarse junto al Puerto Escandón. Contaba para su protección antiaérea con cuatro ametralladoras de 20 mm. Poco después de entrar en fuego inutilizó una de las piezas, que fue remitida  Sagunto, desde donde se tuvo que enviar otra igual para sustituirla. Finalizada la batalla y retiradas a su base, el 17 de marzo de 1938 pasaron a depender de la Agrupación Modesto, que intentaba detener a las fuerzas rebeldes que habían roto el frente de Aragón.

El 6 de abril de 1938, el jefe de la unidad de la AVF de cañones de 210 mm informaba que se dirigía hacia el frente de Lleida la primera de sus piezas, la 2ª de la 1ª Batería; de hecho la única que podía realizar un giro de 360º, pero que no podía ser colocada en posición por haber encontrado la vía cortada por un bombardeo aéreo. Seis días más tarde, el 12 de abril de 1938, ya pudo bombardear Lleida, en manos de los sublevados desde el 4 de abril. En su informe señala haber conseguido los siguientes impactos: tres en el castillo, uno al grupo de casas de delante del castillo, cinco en la explanada posterior y casco urbano, además de uno más, el primero, que había sido demasiado largo por haber utilizado una carga no experimentada.

El 25 de abril de 1938 se informó que había reventado un cañón de 210 mm en el frente del Este y se remitía su plataforma a Águilas para que se montara otro tubo. También se anunciaba que L’Empereur estaba estudiando el montaje sobre vía férrea de cañones Ordoñez de 305 mm y que el capitán Aparicio estaba montando otro cañón de 210 mm con giro de 360º.

Imagen de un tren blindado y milicianos a principios de la guerra

Imagen de un tren blindado y milicianos a principios de la guerra

Fuente: Ahora, 3 de septiembre de 1936

Al producirse el corte en dos del territorio republicano (15 de abril 1938), quedaron en la zona Centro-Sur tres obuses de 240 mm y dos cañones de 210 mm, perdiéndose su pista. En Cataluña, el Grupo de Ejércitos de la Región Oriental (GERO) dispuso de dos obuses de 240 mm y un cañón de 210 mm sobre vía férrea, que organizaron de una incomprensible manera: una batería mixta con un obús de 240 mm y un cañón de 210 mm y otro con un solo obús de 240 mm.

Para la operación proyectada sobre Fraga con fecha 14 de septiembre, Botet Vehí, coronel Jefe de la Artillería del Ejército del Este, ordenó a la batería de 210 mm, situada en el sector marítimo del V Cuerpo de Ejército, que por sus propios medios se trasladara a la estación de Vimbodí, quedando a disposición de XII Cuerpo de Ejército. En septiembre de 1938, la batería mixta se encontraba en el sector marítimo de V Cuerpo de Ejército.

Al iniciarse en diciembre de 1938 la ofensiva sobre Cataluña, la posterior retirada de las fuerzas republicanas realizada en muchas ocasiones sin un orden establecido, hace que seguir la pista y encontrar la localización de estas piezas resulte tremendamente complicado, pues, frecuentemente la documentación que las cita es contradictoria y confusa, confusión acrecentada entre otras cosas por las diferentes formaciones que existían en el Ejército Popular donde podían ser destinadas, como el CREA (Centro de Reserva y Especialización de Artillería), la R.G.A. (Reserva General de Artillería), la A.N.D.C. (Agrupación Norte de Defensa de Costas), las O.D.A. 1, 2 y 3 (Organización Defensiva Artillera) y los diferentes Cuerpos de Ejército, que iban emitiendo confusas órdenes a la AVF, como si se la quisieran sacar de encima. Así por ejemplo, el 5 de enero de 1939, el coronel Botet Vehí, en su despliegue de Artillería para esa noche colocaba la batería mixta dependiendo del CREA, con una pieza de 240 mm y otra de 210 mm en Roda de Bará (Tarragona), y la otra batería, también del CREA (una pieza de 240 mm) en la estación de Cambrils, dependiendo de la Agrupación Norte de Defensa de Costas, población donde parece que seguían el 9 de enero. El 18 de enero una propuesta de desarrollo artillero, también de Botet Vehí, nos informa que la batería de un solo obús de 240 mm, que a veces dicen depende de la Reserva General de Artillería, pasa a la Agrupación Norte de Defensa de Costas, en tanto que la batería mixta parece quedar escindida, con su pieza de 240 emplazada en El Vendrell, en tanto que la de 210 mm continuaba afecta a la Artillería de Costa.

Emblema de la Artillería sobre Vía Férrea

Emblema de la Artillería sobre Vía Férrea

Algún documento las sitúa incluso en el Coll de Balaguer, pero es casi seguro que el 20 de enero la batería mixta se encontrara en Vilanova i la Geltrú, nuevamente afecta al V Cuerpo de Ejército, si bien al día siguiente ya dependía de la O.D.A. nº3, con la que debían retirarse a Manresa con apoyo del Ejército del Este. Por su parte, la batería con un solo obús de 240 mm, que se encontraba en Cambrils integrada en la O.D.A. nº 1 en Coll de Balaguer el 13 de enero. El 23 de enero ambas baterías eran destinadas al Frente Marítimo del Sector Autónomo de Barcelona, aunque en realidad estaban todavía camino de Garraf para pasar, si podían, al norte de Barcelona antes de la pérdida de esta ciudad (26 de enero), reunidas ahora las tres piezas en una sola batería, aunque uno de los obuses de 240 mm estaba en reparación, debían situarse en la estación de Terrassa a disposición del grupo de Ejércitos. El 29 de enero las dos piezas de la batería mixta, pertenecientes a la Agrupación Norte de Defensa de Costas se encontraban en reorganización en Calonge. El 2 de febrero eran enviadas a Roses siguiendo a la reciente llamada Agrupación, donde deberían finalizar, para ser abandonadas y apresadas posteriormente por el ejército rebelde.

En realidad, estas piezas, anticuadas y con graves problemas de todo tipo -de que no era el menor el de su transporte por las desquiciadas vías férreas republicanas y sobre todo su municionamento- “no servirían para nada”, en opinión del coronel Carlos Botet Vehí en declaraciones posteriores al conflicto.

[1] Información del artículo extraída del Pabellón de la República de la Universitat de Barcelona. Fondo Personal Jose Luís Infiesta. También se puede leer un artículo muy parecido en el libro del mismo autor y Artemio MORTERA La artillería en la Guerra Civil. Material fuera de servicio incorporado a la campaña. Valladolid. Quirón Ediciones. 2000.