Las Minas Submarinas

Las Minas Submarinas

Las minas submarinas fueron otro elemento tanto de carácter defensivo como ofensivo que intervino en la Guerra Civil, aunque de una manera más limitada, poniendo en peligro la navegación de los barcos. Esta guerra de minas fue desarrollada directamente por los dos bandos aunque con caracteres diferentes, ya que los republicanos la utilizaron de manera más defensiva; mientras que los rebeldes la emplearon con un carácter ofensivo y con más asiduidad, aunque obtuvieron unos resultados bastante modestos.

Los estudios realizados tras la Primera Guerra Mundial habían demostrado que la mina submarina era el mejor antídoto del submarino y que esta era bastante útil para impedir el paso por determinadas aguas a los barcos enemigos, a menos que éstos lo hicieron corriendo un grave riesgo. De acuerdo con estos preceptos, las minas submarinas podían utilizarse tanto en tareas defensivas como ofensivas. Por un lado, podían utilizarse de manera defensiva cuando eran empleadas en las defensas de las Bases Navales y puertos importantes y en la protección del tráfico marítimo a lo largo de la costa, de acuerdo a una línea de minas paralelas a ellas ayudadas por la protección de baterías de artillería de medio calibre que impedirían que los dragaminas enemigos, levantaran o destruyan estas líneas[1]. Este sería el tipo utilizado por el bando republicano. Por otra parte, se utilizaban de manera ofensiva, cuando era apto para atacar las líneas de comunicaciones enemigas, permitiendo atacar las costas y puertos enemigos, así como el tráfico marítimo, utilizado de manera sistemática por el bando franquista.

Mina submarina

Mina submarina

Visions de Guerra i de Rereguarda. Serie B. 29 de Mayo de 1937. Número 4.

En cuanto a las minas utilizadas en la Guerra Civil española tanto por los dos bandos, éstas se podían clasificar en dos tipos: mina automática o independiente y mina controlada[2]. La mina del primer tipo era aquella que llevaba en sí todos los mecanismos de fondeo y dispositivo de fuegos que se construían para producir su explosión cuando un barco entraba en contacto con ella, pudiendo ser mecánicas o electromecánicas, según el funcionamiento del dispositivo de fuego.

También existía otro tipo de mina de estas características llamada de antena o de cuerno que por su utilización no hacía falta que el barco enemigo chocara con la mina propiamente, si no con una de estas antenas para que la mina estallara. Las minas del segundo tipo podían dividirse en minas de fondeo, (llamadas también minas de observación), y en minas electro-automáticas. La diferencia entre ambas era que las primeras se disparaban desde un lugar terrestre cuando se observaba que el barco enemigo estaba dentro del radio de acción de la mina; mientras que en la segunda, la explosión se producía al tocar el barco con la mina, pero siempre y cuando se hubiera cerrado previamente el circuito de tierra.

Antes de la Guerra Civil, se utilizaban como minas defensivas las controladas, aquellas que ofrecían la ventaja con respecto a las independientes que no explotaban más que cuando se decidía que explotaran; sin embargo las minas independientes no distinguían el barco amigo del enemigo. Estas minas defensivas controladas tenían el grave inconveniente de necesitar una serie de cables, cajas de empalme, etc…, que en los lugares donde había corriente y los fondos eran duros y se podían deteriorar rápidamente, era difícil su utilización, a banda del costoso y complicado que era tejer con esta clase de minas, una defensa un poco alejada de la costa.

Tipo de minas

Tipo de minas

Manual Republicano

En 1936, la Marina de guerra española disponía de varios tipos de minas de las descritas anteriormente, aunque se trataban de modelos anticuados, procedentes en muchos casos de la Primera Guerra Mundial. Estas minas habían sido fabricadas bajo licencia por la Sociedad Española de Construcción Naval en la factoría de San Carlos y en los Talleres de Artillería de La Carraca en Cádiz, siendo las principales las minas de bastón Vickers-Elia H-16-A y la de antena Vickers H-5, ambas de diseño británico[3]. Estas minas eran unos modelos obsoletos, con una carga de trilita no superior de 100 kg y que los mismos británicos habían desestimado por su mal funcionamiento, tal y como se vería en el conflicto español, ya que se dio algún caso en que algún barco chocaría con alguna de estas minas, sin que estas acabaran haciendo explosión.
Entre las características de los dos tipos de minas destacaba que la Vickers H-5 había sido diseñada más para actuar contra los submarinos, aunque también podía actuar contra los barcos de superficie; mientras que la mina Vickers-Elia H-16, que había sido ideada por un oficial de la Marina italiana llamado Elías (de ahí su nombre), contaba con un sistema llamado bastón, ya que éste se fundamentaba en el movimiento de rotación que adquiría la boya de la mina. Sobre este movimiento siempre permanecería inmóvil un bastón horizontal que quedaba bajo la boya, que al girar ésta con respecto al bastón, y cuando se producía el contacto con el casco del barco, accionaba un percutor que producía la explosión de la carga[4].

Mina submarina en Bilbao

Mina submarina en Bilbao

Visions de Guerra i de Rereguarda. Serie B. 29 de Mayo de 1937. Número 4.

Posteriormente, el bando rebelde se pudo hacer con otros tipos de minas, como la mina ofensiva de cuernos EME alemana, también procedente de la Primera Guerra Mundial pero más avanzada que los modelos Vickers. Esta mina tenía una forma esférica con cinco cuernos de plomo en la parte superior y detonaba por contacto. Cuando algún barco chocaba con alguna de sus cuernos, se rompía el recipiente de cristal en su interior, liberando de este modo un líquido conductor que cerraba el circuito eléctrico de la espoleta provocando así la deflagración. Su carga era superior a las Vickers ya que era de 220 kg de trilita.

Mina capturada en Roses (Girona)

Mina capturada en Roses (Girona)

Solidaridad Obrera. 2 de Marzo de 1937.

Para finalizar, hay que decir que también se utilizaron otros tipos de minas a lo largo del conflicto, como la mina Carbonit, con un sistema de detonación similar a la EME pero con una carga de 140 kg de trilita; la EMC II y EMD alemanas, del año 1924; la holandesa Vickers H-2, análoga a la anterior; y la Morata, de patente sueca, de 1930[5].

Mina rusa

Mina rusa

AGMAB. SHEMA. Caja 9082

[1]AGMAB. SHEMA. Caja 9082.

[2]AGMAB. SHEMA. Caja 9082.

[3]MANRIQUE GARCÍA, José María i Lucas MOLINA FRANCO, Las armas de la Guerra Civil Española. Pág. 376.

[4]MANRIQUE GARCÍA, José María i Lucas MOLINA FRANCO, Las armas de la Guerra Civil Española. Pág. 376.

[5] MANRIQUE GARCÍA, José María i Lucas MOLINA FRANCO, Las armas de la Guerra Civil Española. Pág. 376.