Las posiciones defensivas de Quinto (Zaragoza)

Las posiciones defensivas de Quinto (Zaragoza)

El municipio de Quinto tuvo un papel muy importante durante la Guerra Civil (1936-1939) debido a su situación estratégica, tan próximo a Zaragoza, llevándose a cabo duros combates durante el conflicto y siendo especialmente crueles los protagonizados a finales de agosto de 1937.

Con el inicio de la guerra el 18 de julio de 1936, Aragón se encontró al igual que el resto del territorio peninsular totalmente dividido, con la excepción de que la sublevación si que triunfó en las tres capitales de provincia, Huesca, Zaragoza y Teruel, quedando por tanto éstas en manos de los sublevados. Por otro lado, Cataluña se mantuvo fiel a la causa republicana y rápidamente surgió la idea de conquistar Zaragoza, una ciudad con una importante presencia obrera y que por su situación estratégica, tendría que servir para enlazar con el Norte peninsular o con Madrid, territorios donde tampoco había triunfado la sublevación. Con este objetivo, el 21 de julio, el mismo presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys, creó el Comité Central de Milicias Antifascistas, organizando desde aquí las diferentes Columnas de Milicias compuestas por voluntarios de diversa índole, donde destacaban sobretodo trabajadores y estudiantes, para tratar de conquistar para la República aquellos territorios donde si que había triunfado la sublevación militar. De este modo, a finales de julio saldrían las primeras columnas en dirección a Aragón, donde se estableció un frente que dividió la región en los dos bandos enfrentados. Precisamente, el avance de las columnas se vio frenado a las puertas de Huesca así como en diferentes zonas de Aragón como fueron Almudévar, Leciñena, Quinto, Belchite o Teruel, delimitándose así un frente de más de 600 km desde la frontera pirenaica hasta el sur de la provincia de Teruel y que apenas tuvo variación en muchos meses.

Hasta las proximidades de Quinto llegaron los anarquistas de la CNT de la llamada Columna Ortiz, salidos de Barcelona en tren el 24 de julio de 1936 y compuesta por unos 800 confederales; el mismo día que también había salido otra columna anarquista más importante, la llamada Columna Durruti, compuesta por unos 2.500 milicianos con el objetivo primordial de entrar en Zaragoza. Después de que ambas columnas participaran en la toma de Caspe junto con otras fuerzas, la Columna Durruti avanzó por el norte del río Ebro llegando a tomar los pueblos de Gelsa, Pina de Ebro y Osera de Ebro, estableciendo su cuartel general en Bujaraloz. Por otro lado, la Columna Ortiz, también conocida con el nombre “Sur-Ebro” avanzó por el sur del río, ocupando Alcañiz y dividiéndose en su avance. Así por ejemplo, una parte de la columna quedó situada en la línia Híjar-Escatrón, mientras que la otra se dirigió a Belchite tras ocupar Sástago, La Zaida y Azaila, estableciendo el frente ante las poblaciones de Quinto y Belchite. Estas dos localidades cerrarían el acceso directo a Zaragoza, sucediéndose desde entonces numerosos combates.

Por otro lado, el municipio de Quinto ya adquirió un papel importante en los primeros días de conflicto. Con el inicio de la sublevación, partidarios de ambos bandos se movilizaron rápidamente llegando a producirse los primeros enfrentamientos aunque jugaría un papel clave el triunfo de la sublevación en Zaragoza y la proximidad de ésta con Quinto, donde grupos de falangistas locales pronto recibieron la ayuda de sus homólogos de la capital aragonesa, hecho que produjo que se evitara el intento de asalto al Cuartel de la Guardia Civil que se pretendía realizar desde el Centro Izquierdista. Éstos últimos fueron expulsados de su centro y detenidos la mayor parte de sus dirigentes, entre ellos el alcalde de Izquierda Republicana que sería pasado por armas posteriormente, siendo los más privilegiados aquellos que pudieron huir del pueblo.

Debido al avance que realizaron las columnas de milicianos a favor del bando republicano por Aragón, el bando nacional, (nombre con el que autodenominarían los sublevados) organizaría en Zaragoza diferentes unidades del Ejército y milicias falangistas, a las que se les unieron también fuerzas de los Requetés de Navarra, dispuestas a defender el territorio sublevado. El 25 de julio éstas fuerzas llegaron a Quinto, donde no muy lejos de allí se encontraban las primeras columnas de milicianos que se proponían llegar a Zaragoza. Rápidamente se iniciaron los primeros enfrentamientos, produciéndose durísimos combates que causaron numerosas bajas entre ambos contendientes, quedando frenada la marcha sobre Zaragoza de las columnas de milicianos en las mismas puertas de Quinto, estableciéndose aquí el frente durante cerca de catorce meses.

Las inmediaciones de Quinto serían ampliamente fortificadas, construyéndose toda una serie de posiciones defensivas, destacando sobretodo el gran número de trincheras existentes.

Posiciones defensivas de Quinto

Posiciones defensivas de Quinto

Archivo General Militar de Ávila

La posición más importante se encontraba al sur de la población y muy próxima a ella, hecho que evidencia que llegaba a esta posición una tubería de agua potable. Ocupaba el vértice sureste del triángulo defensivo, siendo la más fortificada y extensa, así como la más próxima a las fuerzas republicanas y la formaba un conjunto de cotas entre las actuales carreteras de Castellón y La Zaida. En su interior se hallaban los cabezos del Balar y de la Nariz y en el extremo sur, el más cercano al frente, el de Purburel[1], contando con diferentes trincheras y alambradas, así como con un nido de fusil ametrallador construido de cemento y acero que batía la carretera de Azaila.

Al oeste de la anterior posición se encontraba el emplazamiento conocido como “Las Eras”, compuesta por importantes trincheras que dominaban las diferentes elevaciones del terreno y se extendían hasta la siguiente posición. Ésta nueva posición incluía la zona del cementerio, existiendo también diferentes trincheras para su defensa, extendiéndose al este de la misma e incluso más al norte, hasta la conocida elevación del Piquete, con su Iglesia Parroquial como epicentro.

La fábrica de cemento, reconvertida posteriormente en fábrica de harina, y la próxima estación de ferrocarril de Quinto era otro de los puntos fortificados, ambos destinados a controlar la huerta al este de la población y a evitar el cruce enemigo del río o el paso entre éste y la posición principal del Purburel, cabezos del Balar y de la Nariz.

Las posiciones defensivas se extendían también más al noroeste de la localidad de Quinto, en las elevaciones cercanas a la cota La Tosqueta; así como al suroeste en dirección a Codo, en la zona conocida como Las Parideras al encontrarse allí unos edificios que servían de protección, alojamiento y descanso a las tropas que guarnecían las posiciones circundantes.

Por último, hacia el norte y en dirección a Fuentes de Ebro, en las cotas situadas al suroeste de la ermita de la Virgen de Bonastre se encontraban las posiciones llamadas Bonastre y El Fortín, contando cada una de ellas con diferentes trincheras.

Posiciones defensivas de Quinto

Posiciones defensivas de Quinto

LOREN GARAY, Gonzalo: La Batalla de Quinto, 1937. Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado. 2011.

Leyenda:
P.1: Posición de Purburel y Cabezos de Balar y de la Nariz.
P.2: Posición “La Eras”.
P.3: Posición El Cementerio.
P.4: Posición de Fábrica de Cemento y Estación de Ferrocarril de Quinto.
P.5: Posición La Tosqueta.
P.6 y P.7: Posiciones Las Parideras.
P.8: Posición Bonastre.

En cuanto a las fuerzas militares que guarnecían Quinto y las diferentes posiciones defensivas, éstas oscilaban entre 1.000 y 1.500 efectivos, siendo su distribución la siguiente:

En el casco urbano se encontraba el personal e instalaciones para el mando y logística de la plaza, unos 200 efectivos (±100)[2]; mientras que la principal posición de Purburel y cabezos de Balar y de la Nariz estaba defendida por 650 (±150) soldados que generalmente pertenecían al Regimiento de Infantería Aragón 17, así como también unidades de las milicias de la 5ª Bandera de la Falange de Aragón y la 3ª Compañía del Tercio de Requetés de Doña María de Molina y Marco de Bello, así como una sección de morteros.

La otra posición importante, denominada “Las Eras” estaban guarnecidas por Compañías de los Tercios de Requetés de Navarra unas veces y de Aragón otras, especialmente la 2ª Compañía del Tercio de Requetés de Doña María de Molina y Marco de Bello, sumando un total de 220 (±100) efectivos; mientras que en las proximidades del Cementerio y de la Iglesia Parroquial, y en las eras y cotas cercanas había un total de 300 (±150) efectivos.

Existiría también una Sección de Morteros en las inmediaciones de la estación del ferrocarril; Falangistas de la 5a Bandera que guarnecían el Ebro en distintas posiciones en la huerta, en la Fábrica de Harinas y otros puntos, haciendo un total de 200 (±150) efectivos; mientras que la zona de La Tosqueta sería defendida por 150 (±100) efectivos y las posiciones de las Parideras en el monte, en dirección a Fuentes de Ebro y a Belchite perfectamente fortificadas contarían con un total de 200 (±160). Así mismo, otras fuerzas militares guarnecían posiciones en la Ermita de Bonastre 70 (±30) efectivos y Estación de Pina 200 (±100) efectivos.

En cuanto a la artillería, en la zona de Quinto se encontraban dos baterías de 105 mm y de 75 mm pertenecientes al Regimiento de Artillería Ligera n. º 9, desplegadas en su mayoría en la principal posición de Purburel y cabezos de Balar y de la Nariz, existiendo también piezas de 105 mm en las posiciones de “Las Eras” y el Cementerio; en Bonastre dos piezas más de 75 mm servidas por 35 artilleros, mientras que en La Tosqueta se encontrarían el resto de las piezas. Referente a piezas antiaéreas, no se sabe de su existencia pero con seguridad debería de haberlas en la posición principal y en Tosqueta. Por último también había destacamentos de zapadores, transmisiones, intendencia y Guardia Civil.

[1] En numerosas fuentes anglosajonas esta posición en su conjunto es conocida como Purburel Hill, una generalización que también hacen diferentes autores para denominar a toda la zona.

[2] Los cálculos de las cifras de defensores han sido realizados por Gonzalo Lorén Garay en mayo de 2011. Se indica el probable margen de error en cada uno. Para más información, ver el genial trabajo de LOREN GARAY, Gonzalo: La Batalla de Quinto, 1937. Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado. 2011.